Cualquier persona a la que en su trabajo, tras un año excelente a nivel personal y empresarial, le ponen al lado a un fulano que cobra el triple que tú (por lo menos) y se toca los eggs... pues pensad qué haríais vosotros. Aún sin querer.
Y el ambiente quieras que no, no es bueno. Aún cuando no te lleves mal con esa persona en cuestión.
No sé hasta qué punto eso influye en el devenir del equipo, pero seguro que algo, sí. Si cobras el triple tienes que tirar del carro, marcar la diferencia, hincharte a meter goles, comerte el cesped y al menos dar la sensación de que te importa... ACTITUD. Y de momento, no hace ninguna de esas cosas.
¿Qué tiene ocasiones? Nos ha jodido, cualquier delantero de 1ª en el Madrid tendría ocasiones. Joselu se inflaba a tenerlas.
¿Qué ya las meterá? Veremos.
Y mucha gente (prensa, aficionados) lo blanquea. Tal vez porque no queremos creer que...
Sinceramente, yo no veo a Vinicius en ese plan. El partido contra el Milan dejó solo a Bellingham dos veces a y a Mbappé, una, creo recordar. Él está haciendo su trabajo, luchando, abriendo espacios y dando asistencias. Es lo que se pide a un extremo. De vez en cuando se intercambian las posiciones para desordenar las defensas contrarias. Le podemos pedir que presione o defienda más, es verdad, pero en ataque está bastante bien. No al nivel de la primavera pasada pero eso es algo muy difícil de alcanzar.
En cuanto al franchute, tampoco veo el desastre que aparenta. No soy, ni mucho menos uno de sus fan boys, sigo pensando que debimos traer a noruego y no a Kylian, por ejemplo. Ahora bien, me da la impresión que no se adaptado bien a su nuevo equipo, que es un desastre táctico, por cierto. No sólo eso sino que está jugando en una posición donde no rinde bien. Cuando se tira a una de las bandas, su juego mejora casi al instante. Está teniendo ocasiones y está disparando entre los tres palos, que es importante. No está metiendo ni la tercera parte de las ocasiones que tiene, pero eso creo que se debe a la ansiedad. Me recuerda a Cristiano que se obcecaba en los clásicos por marcar y le salía una mierda de partido. Cuando se calmaba (generalmente tras meter un gol), le iba todo miel sobre hojuelas.