Que el hijo de Negreira le pasaba toda la información confidencial al Barcelona era obvio, solo faltaba que alguien se animara a decirlo, y esa sí que es una ventaja competitiva prohibida y penada, lo más gracioso es que ves a puñados de culés con la estupidez de “y eso qué partido nos hizo ganar!!😡”.@bidondo Nada que no sepamos todos. El CTA, la RFEF y el FCB eran (y son) un todo. La info fluye en uno y otro sentido sin ningún tipo de cortafuegos. Trato de favor. Corrupción. Y es (aún) mayor que el tema Negreira. Siempre dije que los 7,2 M€ son solo la punta del iceberg. https://t.co/XiLhWKlnfg
— Ice Landic 🇮🇸🇳🇴 (@Ice_Landic) January 14, 2024Otra sorpresa. Ninguna sorpresa. https://t.co/VGBNtzs8uZ
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El árbitro granadino Juan Manuel Ruiz Aguilera ha desvelado a la Guardia Civil que algunos colegiados tomaban decisiones para "calentar" partidos con el objetivo de ascender de categoría. Ruiz Aguilera declaró como testigo ante los investigadores el pasado 21 de julio, tal y como se recoge en el sumario del caso Negreira, al que ha tenido acceso Libertad Digital.
Durante su comparecencia, los agentes le pidieron que explicase el funcionamiento del ‘índice corrector’ y quién lo decidía. El colegiado contestaba que en la época en la que el presidente era Victoriano Sánchez Arminio, la valoración que hacían los informadores arbitrales de los partidos consistía en encuentros "fáciles", "normales" o "difíciles", aunque no veían la nota. Añadía que "cuando tenías partidos difíciles eras el mejor, pero cuando tenías partidos fáciles ibas por detrás".
A continuación, destacaba que "hay árbitros que han tomado decisiones en aras de ‘calentar’ un partido mediante unas decisiones, tras las cuales los partidos se complicaban, resultando que el mismo se convertía más difícil, y así ser mejor puntuado. Que los primeros años te ves obligado a hacer esto por la perversión del sistema para subir de categoría, para que te valoren mejor y poder ascender".
"Luego con el cambio de directiva los informadores colocaban una letra en vez de una nota, siendo la valoración más subjetiva si cabe. En líneas generales el índice no valía para nada, siendo subjetivo y modificable", apuntaba.
Según Ruiz Aguilera, "en las jornadas que organizaba el CTA por categorías que se celebraban en Cantabria en la época de Luis Medina Cantalejo y Carlos Velasco Carballo se visionaban vídeos de compañeros con errores graves que teóricamente en el informe deberían tener una calificación negativa, y sin embargo en dicha calificación podrían subir en el escalafón, algo que era matemáticamente imposible. Esos informes eran una mentira, los ascensos los decidía el CTA en función de los cupos y sus objetivos".
El árbitro explicó además a la Guardia Civil que el informe arbitral "estaba dividido por conceptos, tales como físico, técnico, disciplinario y los aspectos a mejorar, si bien a los árbitros no les indicaban la nota con carácter general, siendo esta circunstancia diferente en función de los presidentes del CTA". Durante su etapa, indicó, el que ejercía de forma directa el seguimiento de dicha puntuación era "Luis Medina Cantalejo".
Los agentes también le preguntaban si consideraba que los informadores tenían un criterio uniforme. El colegiado granadino contestaba que no, y que "era una pantomima". Por último, reconocía la existencia del ‘cupo regional’ a la hora de ascender a los árbitros: "Siempre ha habido, aunque seas el mejor si tu cupo regional está lleno no asciendes".
Ocón Arraiz sobre la contratación de Negreira por el Barça
Tal y como publicó este diario, el árbitro riojano Daniel Ocón Arraiz afirmó ante la Guardia Civil que "no se puede explicar" que el que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, "estuviese tantos años contratado por el Fútbol Club Barcelona por unos informes que parece que buscaban los elementos más característicos de los árbitros".
"Esos informes los podía haber hecho el mismo Negreira viendo los partidos del fin de semana o incluso extraerlos de la prensa deportiva. Con esos informes se buscaba conocer las debilidades de los árbitros con el objetivo quizá, no de beneficiar a un club, pero sí remarcar esas vulnerabilidades del árbitro. Eso sería una traición a los árbitros. Podría tener cierto sentido con los árbitros a los que los clubes no conocieran. Esos informes como profesional no les daría ningún valor. Incluso entrenadores dicen que no vieron esos informes y en un equipo el que decide es el entrenador y cuenta con su equipo técnico", concluía.