Florentino es una persona de carne y hueso, como todos los presentes. Brillante, y con una visión por encima de la media, pero no un Ser Superior (como en el fondo le gusta ser considerado) que nunca se equivoca para el que, sus aparentes errores, no dejan de ser parte de un plan preconcebido que está encaminado a llegar al cielo.
Como toda persona, cuando se acomoda, obtiene mucho peores resultados.
Los mejores momentos de Florentino son, nada más llegar, recibiendo un club que estaba con la soga al cuello facturando apenas 200M y con una deuda de 268M.
La segunda es cuando vuelve, en pleno auge del Barcelona, recién ganado un triplete, y con un equipo que llevaba 4-5 años de ridículos en Europa.
El periodo 2009-2017 hay que entenderlo en contexto. Con la excepción de la Liga de los records de 2012 y a pesar de hacerse las cosas bastante bien, hasta 2014 no se consigue la ansiada Decima y no se empieza a traducir trabajo en palmares.
A pesar de que se trabajaba muy bien, había un punto de necesidad continua de seguir mejorando y que fue sirviendo para cimentar lo que vino después con la profesionalización del club.
Llegado a un punto, volvió a haber otro punto de inflexión. Como lo hubo en 2003.
Una Barca de Gaspart hundido deportivamente (decimo en Navidad tras comerse en 3-0 de un Sevilla de la época en la que peleaba por no bajar), destruido económicamente, tras sanear al club y hacerlo rentables, ganar él su ansiada Champions, con esa mística de llevarse al jugador que le diera la real gana y esa sensación de invulnerabilidad, de infalibilidad y de creer que se había pasado el futbol lo llevo a tomar decisiones erráticas, extremas y confiadas.
En 2017 se encuentra con que ha ganado 3 Champions en 4 años, que ha revertido el dominio de Messi y con un Barca hundido tras el clausulazo a Neymar por el PSG en verano. Un caldo de cultivo idóneo para llevar a cabo sus sueños pendientes: Superliga y NB.
Ese el mismo patrón con la diferencia que el Barca, hasta hace unos meses, tenía figuradamente un pie aplastándole la cabeza.
En 2004 Laporta construyo un equipazo y durante esos 2 años el baile que le metió a Florentino fue de aúpa.
De 2018 a 2021, Florentino aún pudo disfrutar de su Gaspart y en 2022 todavía seguían arrastrando. Aun así, desde 2018 a 2022, el Madrid solo pudo ganar la mitad de Ligas.
Esa falta de autocrítica que ha conseguido instaurar Florentino a través de tanto pesebre mediático (Galerna, Chiringuito, Gorilato, periodistas) lo está matando a él como gestor.
Ha convertido a la afición más sana de los grandes en pura frenopatía con Torino News, a trolls de redes sociales como Season en lideres de opinión y fuente fiable de información (a Season como verificador de periodistas como Cortegana, te cagas xD),….
Hay que decirlo claramente: Florentino lleva años fomentando una realidad alternativa, como hacían la década pasada los líderes del Pruses catalán.
Ahora yo con Belligham vivo en el quinto o sexto deja vú, tras Neymar, Mbappe, Pogba o Halaand. Me parece ofensivo que se sigan queriendo chotearse de mi.
El club vende optimismo. ¿Cómo puedes vender esto y, a la vez, afirmas que solo vas a ofrecer hasta 100 fijos y es la futura (y actual, quizás) estrella de la selección del país donde se están pagando cantidades obscenas por jugadores?
Si por Enzo se pagan 120M, Belligham no baja de los 170M.
Vendes que está en manos del jugador para luego achacarle a que ha preferido la pasta a cumplir su sueño como Mbappe.
Por mucho que quiera el jugador, un inglés paga 180M y tu solo ofreces 120M, por muy amigo que sea Watzke, acaba en las islas.
Oye, lo acabas fichando, cojonudo. Pero vender “optimismo” es seguir queriendo jugar con el aficionado a los mismo de los 4 últimos años para ganar tiempo. A día de hoy, veo más fácil que fichemos a Mbappe. Con eso lo digo todo.
Como afirma @tommyboonen Florentino con pasta te ficha a Belligham, a Mbappe y a Halaand.
Ahora bien, si no la tiene, no es que no fiche a estos cracks, es que se paraliza completamente de cara al mercado. A la espera de que cambien las tornas. Pero, ¿y si no vuelven a cambiar?
Un buen gestor debe ser flexible.