Florentino se puede quejar de los árbitros, hoy mismo al que le perdonan la roja hace el gol. Pero Florentino también se tiene que quejar de si mismo.
A Lucas ya no le da. Es definitivo; no es que quizá no estaba a su nivel y aún pudiera estar por llegar, es que ya no le da. Hace lo que puede pero no le da.
Tchouameni está desnortado. No sabe qué tiene que hacer.
A Valverde y Ceballos, pero especialmente a Valverde le crecen los enanos; le vienen por todas partes y tiene que cubrir a todos. Hoy en el gol del Español ya no sabe si ir a por el del centro o a por Romero.
Y Valverde no puede porque los de arriba presionan mal y tarde, cuando presionan. Menos Bellingham que hoy, un día más, se le llevaban los demonios porque Mbappé volvía a presionar mal y sobre todo tarde (Luis Enrique ya (se) lo decía. Están muy acomodados arriba.
Y claro, de todo esto, también Florentino se tiene que quejar, pero de si mismo, porque él también ha quebrado el orden y el dibujo del juego, además de poner a los actores que hay hoy en dia en el campo.
Todo suma, en este caso resta. El 0-3 del otro día contra el Brest fue muy fictício. De hecho, a mi me pareció que jugaron incluso peor que hoy. La diferencia fue el acierto a portería. Nada más.