La verdad, siendo justos, su inicio de temporada no fue malo. De hecho, fue mejor que el de Mbappé.
Pero tras el paripé del Balón de Oro, todo cambió, y su 2025, en mi opinión, está siendo un desastre. Es cierto que sus cifras globales de goles y asistencias no están mal, pero esos números no reflejan la enorme cantidad de balones perdidos, las malas decisiones constantes, el nulo aporte defensivo —sin contar las protestas que solo le cuestan tarjetas.
Existe una campaña contra Vini? Sí, lamentablemente forma parte del fútbol. ¿Podemos hacer algo al respecto? Me parece que no mucho. Le toca convivir con eso, ser inteligente, centrarse en el fútbol e ignorar lo demás. No digo que sea fácil, pero para eso se le paga un pastizal. Si no aguanta la presión y la situación, puede buscar una salida, y lo entendería. No es fácil lo que está viviendo Vini en España en las últimas temporadas. Lo siento por él, de verdad, pero esto es el fútbol y el antimadridismo en España: una realidad con poca solución más allá de ganar partidos, títulos e ignorar el ruido.
No digo que haya que vender a Vini. Al contrario, quiero que siga en la plantilla. Siempre he sido de los que le ha defendido desde que llegó. Pero ahora mismo es un jugador que necesita reconstrucción: está en horas muy bajas, inmerso en una guerra con medio mundo y falto de confianza. Sí, marca goles y da asistencias, pero en medio de una infinidad de decisiones erróneas que, aunque no salgan en las estadísticas, pesan. Y mucho.
Dicho esto, vuelvo a lo de siempre: el bajo rendimiento de los jugadores también radica, y diría que sobre todo, en la falta de entrenador. Porque esta temporada, sinceramente, no hemos tenido uno. No sé qué ha hecho Ancelotti, pero trabajar con el equipo, desde luego, no. Así que toca tener paciencia y ver qué tal con Xabi, en quien no tengo la menor duda de que mejorará la situación.