La idea primigenia de realizar un trofeo internacional en Europa, idea del inigualable Bernabéu, para ganar en prestigio, ha dado paso a su explotación. Está claro que a día de hoy quien saca la tajada más grande del pastel es la UEFA. Y quien tiene dinero, tiene poder.
Por eso me encantó que ayer Florentino hiciera mención -somera, pero mención- a Infantino, pues es el gran valedor del cambio, puesto que la UEFA se ha convertido a base de explotar a los equipos más válidos del continente en un firme adversario en cuanto a poder frente a la FIFA.
De ahí que no nos extrañemos cuando la FIFA saca el Mundial de
Clubes, en clara alusión a hacer frente a ese poderío y decirle: eh, tú,
que aquí estamos nosotros.
Antes de nada quiero pediros disculpas por autocitarme en un post de hace más de 5 meses. Os preguntaréis a qué viene, y es sencillo. Leo en AS lo siguiente:
La FIFA estaba detrás de la Superliga, según New York Times
El diario explica que a pesar de que Infantino
se declaró en público en contra, en privado estaba al corriente del plan
y sus subordinados mantuvieron reuniones en ese sentido.
https://as.com/futbol/2021/05/20/internacional/1621508953_975219.html?m1=cG9ydGFkYV9wb3J0YWRh&m2=QUNUVUFMSURBRA%3D%3D&m3=NA%3D%3D&m4=bm9ybWFs&m5=MjE%3D
"La Superliga quedó en suspense, pero siguen aflorando detalles que hacen
pensar que la iniciativa no era una maniobra separatista sin apoyos a
gran escala. El New York Times sigue investigando y hoy ha revelado una información en la que señala a la FIFA y a Gianni Infantino, su presidente. En
el extenso artículo publicado, haciendo referencia a fuentes y a
documentos originales consultados, el diario norteamericano explica que
el máximo organismo del fútbol internacional estaba al corriente de los
planes del grupo de clubes creadores de la denominada Superliga.
Es más, en los documentos del acuerdo se señala la necesidad de un
acuerdo con la FIFA para llevar a buen puerto el proyecto. En la
documentación se aprecia el "requisito esencial" del entendimiento con
el organismo, que aparece con un nombre el clave ("W01") pero
identificable a todas luces. Sin ese visto bueno era "una condición
esencial para la implementación del proyecto". El New York Times explica que si bien Infantino en público se declaró contrario a la maniobra
y tibio en sus declaraciones, en privado conocía perfectamente los
planes y, además, varios de sus subordinados habían mantenido
conversaciones con los clubes separatistas. El New York Times
apunta que los contactos en ese sentido se habrían iniciado en 2019
llevado a cabo por un consorcio de consejeros denominado A22 y hombres
de la máxima confianza de Infantino.
¿Pero qué contraprestación recibiría la FIFA por su apoyo? Según
la información, en las reuniones se deslizó la posibilidad de que, a
cambio de la luz verde de la organización mundial, los clubes implicados
se alinearían y participarían —o al menos varios de ellos— en el nuevo
Mundial de Clubes que Infantino tenía en mente."
Es decir, ahora The New York Times saca a la luz un artículo con lo que se sabía hace 5 meses que estaba sucediendo (y que yo mismo expliqué en el post que he recortado). Infantino sabía en su día que no podía sacar adelante una Superliga Africana sin dar el visto bueno de una Superliga Europea, para después llegar al culmen con una Superliga Mundial.
Lo que realmente me chocó fueron sus palabras hacia los clubes fundadores -y más en concreto hacia los tres que supuestamente quedan en pie-, porque ha sido una de las mayores traiciones que se recuerdan de un alto mandatario por partida doble: primero a la UEFA por negociar a sus espaldas con los socios fundadores, y después a los 3 equipos que quedan, levantando el freno de mano delante de Ceferino para cargar con dureza ante la creación de una Superliga que tenía su beneplácito y que le allanaba terreno en sus pretensiones.
Dicho esto, ahora mismo no me extraña que el auto del juez español D. Manuel Ruiz de Lara no sólo tire con fusil de francotirador a la UEFA, sino que también vaya a por la FIFA en sus acusaciones de monopolio -entre otras-.
Le puede salir muy cara la traición a Infantino si estos clubes, el abogado que lleve la causa, o incluso el mismo juez de dicho auto, demuestran de modo fáctico que Infantino les animó y les dio la bendición para llevarse a cabo la Superliga.