Yo creo que algunos viven en una realidad paralela y el caso de Gareth Bale es un ejemplo. Yo no estoy a favor de pitar antes del final de un partido, ya sabéis que yo en el Estadio no he pitado nunca durante los 90 minutos a nadie, ni siquiera al palco. Otra cosa ha sido una vez terminado el partido, porque no voy a mentir.
Pero que Bale y su representante, al que paga por hacer en ocasiones de su portavoz, suelte esto es una completa tomadura de pelo, pero tampoco es algo que nos extrañe. Ni eso ni que viven en una realidad paralela, por ejemplo en una realidad donde merecía jugar de inicio la final de Cardiff o la de Kiev.
Los clubes de fútbol, les guste a ellos más o menos(de hecho ganan lo que ganan por éso), tienen más de emociones que de matemáticas o estadísticas. Y las emociones que puntualmente nos ha hecho sentir Bale para lo bueno(retratar a Bartra, su rush final en la temporada de la undécima, los goles de Kiev) no las vamos a olvidar, pero tampoco los 6 años de absoluta falta de identificación con los aficionados, el club o el mismo medio donde juega. Quiera o no, se nota, se siente, como tantas cosas en el fútbol. No hace falta que Carvajal nos diga lo que siente en el pecho cuando perdemos, y tampoco que Bale ni su marioneta nos diga lo que siente cuando perdemos, o cuando ganamos también o cuando pasa sus días en Madrid, defendiendo esta camiseta.
En fin, que llegue el verano, que no se lesione, que marque algunos goles y se vaya por donde vino. Ha metido goles clave, pero el Olimpo del Madrid está muy lejos de Bale. Porque el fútbol es sentimiento, son emociones, y de esas aquí Bale ha dejado pocas.