Ha sido el típico partido regulero del Madrid, con motivación rival y con zandacillas del árbitro.
Pero eso no impide sacar críticas de los jugadores que no funcionan y de quienes aportan.
Estoy un poco cansado de la irregularidad de Vinícius y de Valverde. No sólo vale el derroche físico que podría hacer cualquier canterano, sino hacerlo con inteligencia y valentía, y lo que le sobra a uno le sobra al otro.
Me sobran las sonrisas irónicas del brasileño que está más preocupado por los demás que por su aportación, y los jugadores que se suben al carro de Asensio.
Dicho esto, no deseo la debacle porque tomar decisiones precipitada puede traer más errores.