Cuando;
- un jugador que es fichado por su calidad ofensiva
- tienes que retrasarlo porque no da la talla - para hacer el trabajo que no puede hacer mejor que un especialista
- es que no da el nivel
Asensio es hoy en día un suplente muy caro y poco productivo. Quizás Ancelotti le ponga las ideas claras para que saque lo mejor en el campo.
Pero pedir que Asensio sea el crack que nos vendía es como pensar que cualquier niño de la calle puede ser Rafa Nadal, hacen falta cualidades físicas y mentales que Asensio no ha demostrado. Ni corre ni tiene personalidad de campeón.
Yo creo que eso no es justo. Asensio no es fichado por su calidad ofensiva, es fichado por su calidad, que incluye la calidad ofensiva, el desborde, el pase, la creatividad, el disparo, muchas cosas... Y muy joven. Que no es que "se nos vendiera un crack". Es que yo creo que era él el que lo vendía en el campo.
Y muy joven. Que a esa edad un entrenador puede aún redefinir perfectamente su puesto en el campo.
Si un entrenador (Ancelotti en este caso) es capaz de reconvertirlo a otro puesto y que ahí saque partido a esa calidad que tiene, por mí estupendo.
El problema es que yo creo que su problema es de carácter, de no creer en sí mismo, de falta de garra y atrevimiento. Y si el problema es ése en el Madrid está bien jodido.
Pero cuando llegó no le pasaba eso, casi al contrario. Lo intentaba todo (y la mayoría le salía bien).
Por eso no acabo de perder la esperanza de que esto sea por la lesión que tuvo, por una novia que le dejó o porque alguien le ha hecho un embrujo. Y que un entrenador nuevo o un buen psicoanalista (o la bruja lola) le devuelva el cerebro a donde debería estar. Y, si no nos dan más que dos duros por él, pues mejor tenerlo un año más que largarlo gratis. A veces basta una buena racha del equipo en la que un jugador haga un par de golazos para que se enchufe, se lo vuelva a creer y cambie de mentalidad.
Pero vamos, que coincido contigo en que me tiene hartito. Ahora mismo lo largaba pero ya. Lo que pasa es que como no andamos sobrados de nada, pues prefiero mantener la esperanza.