Se hizo el trabajo que se tenía que hacer. El Chelsea estuvo en su sitio, siendo la mejor hora de partido probablemente de los blues en toda la temporada, como era de esperar. Buen trabajo de Kanté que es, por muchos millones que gasten en otros lados, el jugador más determinante del Chelsea. Pero no marcaron(nosotros a decir verdad también pudimos marcar alguno antes de terminar la primera parte) y los goles de Rodrygo sentenciaron la eliminatoria y su competitividad.
El equipo en líneas generales ha estado bien, ha sido superior tanto en octavos como en cuartos. Nada de milagros: hemos sido superiores, se ha jugado a lo que el Madrid quería la mayor parte de las dos eliminatorias y se han pasado con holgura, cada una con sus momentos de apuro, porque esto es la Champions.
En todo caso ya hemos dejado atrás la sensación de que haciendo nuestro partido, pasaríamos. Contra City(o contra el Bayern), necesitamos hacer los dos mejores partidos de la temporada, y aún así podemos no pasar, porque enfrente tendremos alguien como mínimo, de nuestra envergadura. Será otra guerra y otra situación.
En todo caso volver a llegar a Semis es otro hito de una generación que, junto con algunas buenas apuestas de futuro, sigue manteniendo una competitividad en esta competición totalmente legendaria. Jugadores como Kroos, Benzema o Modric, con sus cosas, en una década van a estar en el mismo pedestal donde están los Gento, Di Stefano o Puskas de la generación dorada. En la cúspide máxima del fútbol europeo, lo que nunca pensamos que verían nuestros ojos. Lo que no pensábamos que fuera posible repetir.