Ya sé que hay un topic "Historia Real Madrid" en el apartado Madridismo del Foro, pero solo he visto cosas de futbol (os animo a participar más, que con toda la que tenemos... xDD). Abro este si os parece bien para nuestra historia y momentazos de nuestra no menos gloriosa sección de baloncesto.
Historia Real Madrid Baloncesto
por
@tilacino
hace casi 2 años
Escribiendo antes de Obradovic, Joventut y tal me vino a la cabeza este matazo, cuando no se estilaban mucho en la ABC de Rakocevic, de fugaz paso por nuestro club en los años oscuros de nuestra sección a principios de siglo.
Espero que en su día no es la perdierais.
Hoy sale diciendo que ojalá hubiera tramitado su salida del club de mejor manera.
Con él en la final de la Euroliga del año pasado, hubiéramos ganado.
Mi jugador favorito del Real durante años.
A este si que no le temblaba el pulso.
Jayceeee
Uno de los mejores episodios vividos en directo en el Palacio fue ese triple de Carroll. La secuencia de todo ese último minuto es espectacular, de cómo un EQUIPO cree en algo y acaba lográndolo ante un rival completamente superado a nivel mental. Un partido que jugamos mucho peor que el Barcelona pero que creo que todos en el campo, jugadores, entrenadores y aficionados en el pabellón pensamos que podíamos ganar. Y el Barcelona que iba a perderlo. Y así fue.
Es algo que no entendió(o le ha dado igual) el ínclito Mesonero haciendo desfilar a Laso de mala manera este verano. Su ciclo podría estar llegando a su fin, o estar finiquitado. Pero lo que había construido a nivel personal y mental con la plantilla y con todo el club no podía despacharse como se hizo. Por éso ahora el equipo no juega con alma, por éso tantas veces los abonados no vamos a ver al equipo. No transmite nada, lo mismo que su actual entrenador.
Histórica charla técnica del Facu para finiquitar la Liga 2019 en el Palau.
"Es nuestro este partido". Palabra de Campazzo.#PlayoffLigaEndesa pic.twitter.com/OAGxsBZS48
— #Vamos por Movistar Plus+ (@vamos) June 21, 2019
@jul23
(editado)
De esto hablamos hace un par de meses.... o quizas un año.
Es de hoy. La versión de Scariolo del affair Herreros (con el añadido del factor Delfino).
Volvamos al Madrid, donde le echaron en 2002. Un año antes, el Barça se libró su propia venganza con un Gasol estelar. 3-0 en el cómputo global. También les ganó en la final de Copa ¿Fue ese el inicio del fin?
No. Antes de nada, decir que el Madrid es una institución compleja y grande. Verás, yo acepté muy a mi pesar un doble rol: entrenador y manager de la sección. Es fácil decirlo a posteriori, pero cometí un error. Me hizo perder lucidez, energía, serenidad, capacidad para dirigir al equipo porque la responsabilidad era enorme y los inconvenientes podían aplastarte. Yo había propuesto un par de nombres para ocupar ese cargo. Eso coincidió con un cambio en la presidencia: salió Lorenzo Sanz y llegó Florentino (año 2000).
¿Qué nombres propuso?
Antonio Martín y Juan Corbalán. Sé que Florentino estuvo buscando, pero no sé qué sucedió y por qué no se llegó a un acuerdo. Luego vino Valdano, con quien tengo una gran amistad, y me dijo que tenía que ser yo el responsable de la sección porque reunía todas las competencias. Me dijo que les echara una mano así que acepté.
¿Entonces qué sucedió?
Al terminar la última temporada (nuevamente sin títulos) nos dimos cuenta que la situación era insostenible. Entonces yo acepté ser solamente entrenador, porque me dijeron que estaban buscando un manager. Era finales de junio, y nosotros teníamos que comenzar a construir ya el equipo. Una decisión ya tomada fue la de fichar a Carlos Delfino como nuevo joven de gran proyección, un escolta que apuntaba a crack. La idea era construir el equipo en torno a él. Le hicimos un contrato de tres años. El problema es que para su crecimiento era necesario que su suplente no fuera una leyenda que a las primeras de cambio todos reclamaran su regreso para coger el timón. No, así no se hacen las cosas. Para mí lo ideal era que detrás de Carlos estuviera Angulo y no Herreros. Angulo era un jugador acostumbrado a salir del banquillo, un tipo muy humilde… Con esto no quiero decir que Alberto Herreros no lo fuera, pero hablamos de una leyenda.
Se carga a Alberto Herreros ¿Y después?
Después sucedieron cosas. El Real Madrid es una institución con muchos componentes de fuerza y poder que inciden y condicionan. Creo que ahora -con Florentino, Juan Carlos Sánchez y José Ángel Sánchez– es algo más sólido y cohesionado estructuralmente. Antes había muchas personas que influían, y la nueva junta acababa de llegar como aquel que dice. Lógicamente mi idea no gustó. Me dijeron que tenían pensado reintegrar Alberto Herreros. Teníamos un año más de contrato, pero capté el mensaje. Cogí un año sabático, porque no había ningún equipo disponible.
Si os leéis la entrevista entera, se comprueba que el factor determinante, la prueba de fuego para un entrenador, es gestionar los egos de las estrellas del equipo de turno. Es muy significativo que diga que el último europeo fuera el más fácil de ganar con la selección española.
Pues un poco de eso pasó para que se largara del Madrid. Quería hacer limpieza de vestuario, cargándose a Herreros y empezar de nuevo con un tal Delfino y no se lo dejaron hacer.
Vaya… esto no le gustará a los mermados 🤗🫵🏻 El mejor club deportivo del mundo. Y por muchísima diferencia. pic.twitter.com/bET0IJrtTd
— Alexxxxx. ꫝ (@alexgtmx) July 4, 2024
@Mrweller
(editado)
No sé si alguien le pudo ver en directo, pero en cuanto a historial y vídeos que cirucula por ahí, parecía un superclase.
Falleció Drazen Dalipagic que jugó un año con nosotros en la 82-83 y no sé si muchos partidos ya que entonces sólo podía jugar un extranjero.
Juanma Iturriaga
Me alcanza la noticia del fallecimiento de Drazen Dalipagic y el primer recuerdo que viene a mi cabeza tiene lugar en el pabellón de la ciudad deportiva del Real Madrid. Habíamos terminado el entrenamiento y, por rutina o porque la práctica le había sabido a poco, el yugoslavo se queda un rato más lanzando a canasta, sobre todo desde su lugar favorito: la esquina izquierda del ataque. Antes de irme hacia el vestuario, me quedo observándole, todo un privilegio tratándose de uno de los mejores tiradores de la historia del baloncesto. Los lanzamientos se repetían con asombrosa similitud. Su mecánica de tiro era elegante, fluida, sin ninguna sospecha de esfuerzo. Viéndole con su altura sacando la pelota desde tan arriba, entendías la dificultad que entrañaba su marcaje, entre difícil e imposible. La cara, como siempre hierática, de hombre serio con bigote. Y lo más importante, su acierto, fuera del alcance de la mayoría. Me dije a mí mismo que en cuanto fallase un tiro me iba a duchar. Me quedé frío esperando.
Seguramente habrá habido gente que se haya sorprendido de que Dalipagic sea un exjugador del Madrid. No es de extrañar, pues su paso dejó poco rastro. Llegó avalado por su tremendo historial, donde acumulaba medallas en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos, y también por Mirza Delibasic, compañero en la selección yugoslava y al que seguro que Lolo Sainz le pidió opinión. Parecía un buen movimiento de cara al gran objetivo de volver a ganar la Copa de Europa. Pero la cosa no funcionó. En lo deportivo no se cumplieron las metas colectivas ni individuales, seguramente lastrados por la norma que sólo permitía un extranjero en la competición nacional. Esto significaba pocos partidos a disputar y quedarte fuera de la dinámica colectiva cada fin de semana. Tampoco en lo emocional su huella fue profunda, ni mucho menos. Como las comparaciones las carga el diablo, es también probable que le perjudicase el carisma de Mirza Delibasic, llegado a Madrid una temporada antes y que nos tenía enamorados a todos, compañeros, rivales y aficionados.
Delibasic y Dalipagic eran dos talentos superlativos que, como diría mi madre, no se parecían ni en lo blanco de los ojos. Mirza era un artista, jugaba con frac, parecía flotar en la pista, atraía el foco, contentaba a todos en forma y fondo. Se hacía querer. Dalipagic era otra cosa, casi lo contrario. Siempre serio, parecía que ni sufría ni disfrutaba en la pista, donde no hacía concesión alguna a nada que no fuese buscarse un lugar donde poder recibir el balón en buenas condiciones para atacar la canasta. Del resto se encargaba su prodigiosa muñeca. Delibasic jugaba al mus a los tres meses de llegar, ejemplo de meteórico proceso de integración. Dalipagic siempre pareció un recién llegado, profesionalmente respetuoso al máximo con sus compañeros, pero sin dejar de ser un elemento extraño que con la misma discreción que vino se marchó unos pocos meses después.
Este tropiezo no dejó de ser una excepción en su rutilante carrera, que duró unos cuantos años más, tanto en clubs italianos como en la selección. Por cierto, estuvo muy cerca de hacernos una faena en la semifinal de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. En pleno relevo generacional y con otro Drazen (Petrovic) a punto de explotar como jugador, Dalipagic llevaba el mando. Como reza el manual del buen líder, tuvo una puesta en escena espectacular que no pudimos parar. El calvario duró hasta que Díaz Miguel ordenó una bendita zona que terminó ofuscando a los yugoslavos, mientras Matraco Margall las enchufaba que daba gusto.
Una de las muchas formas que existen para clasificar a los jugadores es la que los divide en creadores y ejecutores. Dalipagic era un ejecutor de manual, un francotirador, anotador incansable, máquina de acumular registros. De cerca o de lejos, con bote y sin él, cualquier posición en el ataque le venía bien para encontrar el hueco suficiente para lograr su objetivo. No entendía de nervios, de finales de partido, de marcajes pegajosos. Los sentimientos son un engorro para los francotiradores. Ellos cargan, apuntan y anotan. Sin más. Lo que hizo Dalipagic durante toda su carrera.
Necesitas estar registrado para participar. Registrarme.