A ver, nadie discute que los comentarios sobre Casemiro y Kroos no son edificantes, precisamente, pero no miente. Me parece peor y muy patético cuando ves a los responsables de prensa o relaciones públicas haciendo ridículos defendiendo lo imposible y diciendo perlas del tipo "no hemos mentido, lo que hicimos fue no decir toda la verdad". Eso me daría tanta vergüenza que sería difícil describirla. Hay, por supuesto un término medio, y Álvaro eso lo ha cruzado, pero la medida tomada, en el momento que se toma da un tufo a censura que tira para atrás.
El club puede decidir que sus empleados no pueden comentar para medios de prensa la situación del propio Real Madrid por una cuestión elemental de conflicto de intereses. Eso se entiende y se acepta, faltaría más, pero si vas a hacer esto, lo haces bien. A final de temporada tienes una reunión donde preguntas a los interesados si están dispuestos a aceptar las nuevas condiciones o no. En dependencia de lo que decidan, rescindes o no renuevas los contratos. De nuevo, no soy un genio, es que esto no es Física Cuántica.
En este momento, con las circunstacias que nos rodean, tienes que saber que te están esperando los de siempre para hacer leña del árbol caído. Especialmente porque hace 2 semanas saliste a sacar pecho. No les des el regalo de sacar el culo a la acera con un cartel que ponga "patéame más".
Creo que fue en el libro "La suma de todos los miedos", de Tom Clancy, que leí que el presidente ruso admite haber ordenado un ataque aunque no lo había hecho en realidad. La esposa le pregunta por qué se expone a la censura de todo el mundo asumiendo una responsabilidad que no era suya y respondió:
"Prefiero que la gente piense que fueron mis órdenes y no que soy tan débil que mis propios hombres no me obedecen".
Es parafraseado, pero anda por ahí. Álvaro dice eso y le llamas a capítulo, en privado, y le exiges que se guarde esos comentarios y listo. ¿Que los de siempre vienen a sonsacarte porque Álvaro no te respeta? Respondes que este es un club democrático que no censura a sus empleados. No tenemos una mente única y fanática y no la queremos tener. Lo que funciona en otros sitios no alcanza en el Real Madrid. Ya está, has quedado como un señor, respetando a tus empleados, con toda la fuerza que da este escudo en cualquier pecho y de paso le metes un zasca a los del otro lado y al payaso que va reivindicando política en estadios de fútbol.
Pero, esto sale de una reflexión calmada. Al parecer, no hay mucho de esto.