Un ejemplo único de lo que es el Madrid de Ancelotti y la plantilla actual. El Rüdiger del Chelsea era un tipo mentalmente muy volátil que estaba encantado de ser el protagonista y lo buscaba constantemente, también dentro del campo.
En el Madrid parece un tipo absolutamente comprometido con el colectivo, solidario en el esfuerzo, que hace lo que tenga que hacer para ayudar, sea una labor cara a la galería que le granjee ovaciones o una labor sorda que nadie acabe valorando en su justa medida.
Es como si hubiera madurado 10 años de golpe según se cambió la camiseta.
Y ahora mismo me parece posiblemente el mejor central del mundo. Tal cual.