A mí, fuera de alguna broma que he hecho, me fascinó desde el primer momento por su potencial y su personalidad. Es un cohete y aporta muchísimo trabajo defensivo. Esa actitud va en el pack. Se tiene o no se tiene. Quiero decir, no es cuestión de esperar a una gran noche en la que todos se ponen el mono de trabajo y hacen un sobreesfuerzo. Él lo hace siempre.
Futbolísticamente, su velocidad (35 kilómetros por hora de máximo de momento), su persistencia, su regate (ya obliga a que dos laterales le marquen siempre y abre huecos al centro), su tendencia al descaro que hace que juguemos diez o quince metros más arriba (con todo lo que eso beneficia a Benzema y al resto de atacantes) y, sobre todo, estar creándose futbolísticamente en un entorno nada propicio con 18 años recién cumplidos donde otros consagrados (Bale, Isco, Asensio) están teniendo la actitud del avestruz, me da mucha ilusión. Ese carácter se tiene o no, repito. Y es muy buen jugador, aparte de todo. El balón que coge ayer en el pico de área propia, lo lleva hasta tres cuartos de cancha sacando metros a los perseguidores, da de izquierdas un pase de primeras a Asensio y luego remata, ya incluso con cierta tranquilidad y confianza, es algo a tener en cuenta, como la asistencia a Reguilón en el primer gol haciendo un caño al defensa. Le veo todo para triunfar aquí. Este no es de los que la camiseta les pesa, sino que lo potencia.
Dicho esto, como todos los brasileños de su edad, tengo los pies en el suelo y es un jugador "por hacer", sobre todo en el sentido táctico, respecto al juego europeo. Pero vamos, todos los jugadores brasileños han tenido esa adaptación bianual en Europa de dos años de media y luego, con 21 o 22, han dado, el salto al nivel top. Este chaval está haciendo la mili directamente en Vietnam. No lo quememos cuando salga algo mal. Insisto en su "cabeza". Nada que ver con el prototipo de brasileño indolente.