Esto ha sido la sentencia de Ancelotti. Se veía venir que en cuanto un equipo serio, medio trabajado, se le enfrentara, el castillo de naipes que es el Madrid se iba a venir abajo. Muchos ya lo decíamos la temporada pasada. A pesar del doblete, se ganó a pesar de Ancelotti y a pesar de las malas decisiones en cuanto a confección de plantilla lleva haciendo el dueño del club desde hace años.
Goleada de un equipo que, en cuanto a jugador por jugador, es peor que el Madrid, pero que juega como equipo porque tiene un entrenador que, sin ser la última gaseosa del desierto, sabe lo que es el fútbol, explota lo que tiene y alarga su plantilla. Al italiano cagón le puedes traer treinta jugadores que te va seguir utilizando a los doce o catorce de siempre, acortando la plantilla y cometiendo los mismos errores año tras año, con un fútbol caduco, desordenado y mal planteado. Y este año, que es cuando más tiene que hacer de entrenador, se le han visto todas las costuras.
Este partido es la consecuencia directa de hacer mal las cosas desde el inicio de temporada. Jugadores fuera de posición, con lo que rinden menos, reventar a jugadores hasta que se lesionen, mientras los que están tirando las puertas saliendo en los minutos de la basura, el equipo en defensa es una mierda, no sabe salir con la pelota jugada, no sabe presionar en bloque, es incapaz de crear la segunda jugada y sin nueve, sin delantero que fije a los centrales rivales, cada partido es una cuesta arriba.
Tranquilos, que esto es como "ya tenemos a Hazard y a Mariano". Pues nada, ya tenemos a Lucas Vázquez, jugamos con dos centrales toda la temporada, no jubilamos a exjugadores como Vallejo o Ceballos y seguimos teniendo un equipo descompensado en ciertas parcelas del campo.
La temporada está siendo un absoluto desastre, no hay nada perdido todavía, pero con Ancelotti es imposible este año porque la épica, que caiga la moneda siempre en tu lado no va a ocurrir siempre.
Se necesita un cambio de rumbo ya, se necesita un entrenador de una puta vez, y hay que mirar al palco y decirle al dueño del club que no todo lo que hace es perfecto, ni son planes bien perfilados, sino que lleva años cagándola con la confección de la plantilla y que esto se veía venir. Lo asombroso es que no haya ocurrido antes.