Quería compartir la historia de Superpaco, Francisco Contreras de Cártama, un hombre de campo al que el médico le recomendó a sus 70 años andar y se le fue de las manos hasta hacer las carreras de la Legión de los 101 kilómetros con 80 años.
Fue una leyenda, trabajaba durante la semana en el campo, y con el fallecimiento de su mujer no podía dormir. Decidió correr una vez por semana, salía la madrugada del sábado por la montaña y volvía la mañana del domingo, llevaba una luz en el pecho que solo encendía cuando era necesario porque decía que era más seguro ir a oscuras por la montaña.
Durante años fue la inspiración de muchos aficionados, competía con quienes llevaban geles y ropa deportiva con una bolsa de pasas y la misma ropa que usa en el trabajo. Contó en sus entrevistas que ya de joven solía salir un día sí y otro no a pastorear las cabras con su padre durante jornadas muy largas.
Quién diría que un hombre normal se convertiría en superhéroe y fuera aplaudido por quienes le vieran al final de su vida.