Guler debe meterle a su cuerpo muchos kilos de masa
muscular, tiene que desarrollarse futbolísticamente para conseguir todas las
sinergias posibles con el control de su centro de gravedad y que su defensa
consista más en mantener la pelota que en tener que recuperarla por hiperactividad.
A día de hoy, me parece mucho más un jugador del perfil
derecho porque tiene una zurda que es un auténtico pepino. De jugar cerca del área
para poder perfilarse y enchufar o asistir.
Un niño que lleva todo el año sin jugar, lo han empezado a
poner y lleva marcando en 5 de sus últimos 6 partidos oficiales, incluyendo
Madrid y selección.
Es un jugador, que, a día de hoy, está en la órbita de las
posiciones de los Bernardo Silva y Asensio.
Uno la rompió en el Mónaco a nivel mundial con 23 años, creció
de la mano del mejor entrenador posible para su juego hasta que alcanzó su
madurez futbolística con 27 años y es uno de los mejores jugadores de la
década, con capacidad de ocupar otras posiciones.
El caso Asensio, al contrario, con una erupción
espectacular. Con una personalidad compleja (no en el sentido problemático, pero
si con falta de cualquier liderazgo o poco carácter latino caliente), fueron
más las expectativas, alumbradas por sus hitos evolutivos (debut en primera con
19 años en el Espanyol; y con 20-21 años en su primer año como jugador del Madrid marca en la Supercopa de Europa; asistencia en la
ida de de cuartos en Munich, marca en la prorroga en la vuelta de Bernabeu y en
la final de Champions.)
Nunca (nunca, ojo) dio muestras de dominio en el juego.
Siempre fue una aparición momentánea de su gran zurda. Calidad para dar y
regalar del balear, pero nunca supo explotarla. Porque al igual que virtudes,
tenía cosas en las que crecer y no lo hizo.
Dos casos opuestos de cumplir o no ciertas expectativas.
Hay que llevar cuidado con Guler. No solo tiene que madurar futbolísticamente
y físicamente, en carácter también.
Ir perfilándolo poco a poco. No hay prisa alguna ni por
acelerar los procesos ni por generar debates sobre galones.
Tiene solo 19 años.
Tenemos el ejemplo de Vinicius o Valverde. Cuanto más
mediocampista, más tarde llega esa madurez futbolística.
Valverde y Vinicius hicieron clic, a distinto nivel, a los
21 años. Vinicius año a año es mejor jugador. Valverde, igual. El uruguayo el
año pasado tuvo un inicio espectacular, más goleador que otra cosa, pero este
año, ya con 25 años y en su 5º año en el Real Madrid, la ha reventado como un
jugador mucho más redondo.
Vinicius fue en su 4º año.
Guler debe jugar y mucho. Hay 0 prisa. Si el turco acaba
siendo un adelantado a su tiempo y emerge antes de la cuenta, acabara jugando,
sean cuales sean los planes.
Pero ahora mismo, salvo revolución de 360º, le falta un
mundo para ser titular. En primer lugar, físicamente, porque si se nota algo es
que está muy fresco y si está fresco es porque se ha tirado medio año lesionado
con problemas muscular.
En sus 3 años como profesional, ha tenido periodos
prolongados de baja por lesión.
Hay que dejar que ese cuerpo madure y cuando lo haga, que
tenemos tiempo, exprimirlo.
Si algo le sobra al Madrid con esto, es tiempo. Cuando Endrick y Guler tengan
21-22 años, Mbappe tendrá 28 años, su cuerpo llevará 10 temporadas en la elite y le quedaran solo 2 años de contrato.
Muchas veces se habla de la edad y no es solo lo jóvenes que
son, es como están escalados en distintos espacios temporales porque es lo
que les permitirán madurar.
Vinicius no pudo madurar a la sombra del Madrid de CR. Llegó
en el mismo verano que el portugués se fue, como si pudo hacer Asensio, por
ejemplo, que, antes de marcharse el portugués, en un año que Bale le dejo el
sitio libre, fue incapaz de aprovechar su oportunidad. O como se hizo tan bien con
Valverde, a la sombra de Kroos, Modric y Casemiro.
El Madrid se encuentra en condiciones de foguearse y cocer a
fuego lento a jugadores de 17 y 18 años como Mastantuono (si llega), Endrick y
Guler, que en otras circunstancias como el Madrid post-2018 alguno sería cuasi-titulares, pero en el nivel tan alto que se maneja y se exige el Madrid ahora mismo puede
manejar las expectativas, los roles y exigencias a su gusto.
Esto, no obstante, no puede implicar que no se le de bola. Guler no debe bajar de los 1.500 minutos tirando por lo bajo.