Isco siempre ha tenido la calidad, pero para mí lo que lo hizo un jugador para equipo grande fue su capacidad de esfuerzo y sacrificio.
Creo que el mejor Isco no era el que buscaba acaparar el balón o lucirse para demostrar su valía, sino el que corría a la sombra y estaba ahí para sumar en los momentos diferenciales.
El ejemplo es esta jugada del 3-1 frente al Barcelona. minuto 4:11.
La mejor solución era su salida en el momento en el que empezaba a sentirse desmotivado, lo de comer verdura y su pareja que vive de ser su mujer, es una chorrada. Isco es malagueño, y hay muchos malagueños con complejo de desmerecimiento. Nunca se creyó dueño de un puesto en el equipo que ha tenido disponible en el extremo diestro.
Y en otro equipo con menos presión puede que vuelva a recuperar su pasión por el fútbol. Y para hacer lo que es capaz de hacer ha debido de estar tan enganchado a la pelota como Ronaldinho de niño. En Milán pueden sacarle su mejor versión y puede que tenga la motivación de hacer algo importante en la recta final de su carrera, un título en Italia, el aprecio de otra afición o una convocatoria con España. Todo será mejor que tener esa cara de perro y de conformista.